Cuando la montaña llama
El camino hacia Terras Altas de Trevinca
¿Tengo la vida que realmente quiero tener? Fue esa pregunta, simple pero profunda, la que nos hizo detenernos, mirar alrededor y darnos cuenta de que algo no encajaba.
La rutina, la prisa, el ritmo frenético de la ciudad… todo eso nos absorbía. Y entonces llegó la reflexión: ¿Qué quiero sentir? ¿Cómo quiero vivir el resto de mis días? Mónica y yo, con más de 20 años de experiencia en la montaña, sabíamos que las respuestas no se encontrarían en las ciudades ni en el bullicio. Sabíamos que teníamos que dar un paso más allá, hacia el que realmente nos llenaba: la naturaleza, el silencio, la libertad.
Fue entonces cuando conocimos Terras Altas de Trevinca, un lugar alejado del ruido, donde la vida fluye de otra manera. Vivíamos en un mundo que no nos pertenecía, hasta que, en busca de esa paz que tanto deseábamos, encontramos nuestro hogar en Xares, una pequeña aldea a los pies de Peña Trevinca.
Aquí, rodeados de montañas y valles, descubrimos una vida que nos hacía sentir realmente vivos. Fue un cambio radical, pero un cambio que sabíamos que teníamos que hacer.
Abandonamos la ciudad y, junto con Mónica, decidimos convertirnos en guías de montaña. No solo queríamos compartir nuestra pasión por la naturaleza, sino también por las historias que este territorio guarda: leyendas de antiguos habitantes, las huellas de su geología, los secretos de sus senderos.
Terras Altas de Trevinca no es sólo un lugar físico, es un lugar con alma, que respira vida en cada rincón. Hoy, como guías locales, estamos comprometidos a hacer algo más que enseñar senderismo. Ofrecemos una experiencia única, un viaje en el que cada paso es una conexión profunda con la naturaleza.
Y no solo eso, con cada ruta que compartimos, contribuimos al futuro de esta tierra, a su gente y a su cultura. Porque en este territorio, cada montaña, cada valle, cada río, es parte de nosotros. Y a través de nuestra pasión, logramos que todos los que nos acompañan nos nuestras rutas lleven un pedazo de esa magia. Así, juntos, vamos creando una comunidad de embajadores de las Montañas de Trevinca, un lugar único que vive en cada uno de nosotros.
