Lugar de encontros
Cuando era niño, las vacaciones tenían un destino fijo: Seadur, donde vivieron mis abuelos maternos. Aunque crecí en A Coruña, al llegar a la aldea sentía que algo en mí encajaba perfectamente. Era la libertad de correr por el monte y entre las viñas el recuerdo de las historias de los mayores que me transportaban a otras épocas y completaron la mía propia.
Mis antepasados fueron gente humilde que vivió del vino durante varias generaciones. Aunque soy hijo de emigrantes y me crié en una ciudad, siempre he estado muy ligado a Valdeorras, su tradición, cultura y trabajo. La vida, sin embargo, me llevó por otros caminos. Estudié economía en A Coruña, me seguí formando y trabajando por cuenta propia y desde hace 20 años soy emprendedor.
La decisión de tomar el relevo:
En el año 2000, mis padres reestructuraron un viñedo en Seadur que heredaron de mis abuelos, pero en 2008 comenzaron a pensar en venderlo. Fue entonces cuando sentí que tenía que dar un paso adelante. Sabía que el desarraigo conduciría al abandono y este al olvido, fue cuando en 2010 decidí tomar el relevo y comencé a ocuparme yo de las viñas y, poco apoco, seguí plantando más.
El valor de un patrimonio perdido:
La experiencia con la organización de As Covas de Seadur fue clave. Lo que comenzó en 2004 como una forma de recaudar fondos para las fiestas del pueblo se transformó en un proyecto que nos mostró el verdadero potencial de nuestra historia. Convencer a los bodegueros no fue fácil. Éramos jóvenes con una idea ambiciosa y las primeras reuniones estuvieron llenas de dudas y frases como “quién va a querer venir a Seadur”. Pero, poco a poco, conseguimos reunir a catorce bodegueros. Al tercer año, nos constituimos en una asociación que sigue funcionando y celebrando la gran Festa Coveira, donde todos los años 20 covas abren sus puertas a visitantes de distintas partes del mundo.
El nacimiento de Cova da Xabreira:
En 2006, una de esas covas estaba en venta y la compramos como bodega y merendero para fiestas y reuniones familiares. Le pusimos de nombre A Xabreira porque es el nombre de monte, sombrío y con orientación norte, en la que está enterrada. En 2019 adquirimos otra bodega contigua y en ese momento, con 42 años y el apoyo de mi mujer y mis padres, entendí que era el momento de abrir mi propia bodega. Cova da Xabreira se forja como un proyecto de recuperación y puesta en valor de dos Covas de Seadur: una para hacer vino y la otra para dar de comer y beber a nuestros visitantes.
Un destino para el viajero curioso:
Desde que abrimos en 2021, la acogida ha sido muy buena y, desde entonces, seguimos abiertos de jueves por la tarde a domingo a mediodía durante todo el año. Recientemente, hemos trasladado la mayor parte de la elaboración de vino a otras instalaciones para ampliar la experiencia de las personas que quieran venir a vernos, con más ofertas enoturísticas y gastronómicas.
Este proyecto es una oportunidad para poner en valor nuestro patrimonio, sin olvidar la sostenibilidad económica que debe perseguir cualquier iniciativa empresarial.
Cova da Xabreira es un “lugar de encontros”, el resultado de un amor profundo por la “xuntanza”, la tradición y por la gente que, como yo, valora lo auténtico.
Seguimos creciendo, soñando y devolviendo a Seadur todo lo que nos ha dado.
